Utilizado de forma externa, el lemongrass dota a las pieles más grasas y desequilibradas de un balance para combatir casos como el acné juvenil o desequilibrios seborreicos de todo tipo. Ayuda a abrir los poros y frenar la transpiración excesiva.
Aplicado en el cabello, el lemongrass puede actuar como anticaspa y tratar los piojos que tantas veces atacan a los más pequeños.
Por otra parte y gracias a su citado poder antimicrobiano y antifúngico así como su acción repelente de insectos, también sirve para tractar la tiña, la sarna o los pies de atleta.
De la misma forma que se utiliza en el ambiente gastronómico, el lemongrass se ha utilizado ámpliamente en el mundo de la cosmética para aromatizar jabones, detergentes, perfumes y cosméticos en general como componente fragante otorgando este aroma fresco y agradable tan típico de losc cítricos.
De hecho cuando olemos su fragancia, ésta nos traslada al recuerdo de una sensación de una buena limpieza, a veces incluso puede evocarnos al fuerte aroma que desprenden algunos productos de limpieza y desinfección que utilizamos para el hogar…
Precauciones:
- No utilizar en niños menores de 2 años. Sólo para uso externo.
- No aplicar sobre la piel sin haberlo diluido antes.
- Se puede diluir en aceites vegetales.
- No utilizar en ojos ni mucosas.
- No apto para embarazadas.
- No ingerir.
- Conservar el aceite esencial en un lugar seco, fresco y fuera del alcance de la luz.
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